10.1.08

Ser descartable

Uno usa las cosas que necesita en el preciso momento y luego, a la basura. El fin justifica los miedos. Sí, pensaba que yo era una llave para abrir una puerta o un libro que te entretiene mientras uno viaja en micro o espera al doctor, tome dos pastillas dos veces por día y siga y siga. Luego, el libro al estante, la llave en la puerta (abierta, todos pasan y a la llave, indiferentes) y todo el mundo sigue su curso y cada cosa en su injusto lugar. Sin embargo, en el medio el miedo de quedar en el camino. Somos descartables porque nos motivaron a serlo (lo retornable y lo reciclable tuvieron su popularidad pero fueron descartados, claro), a no aferrarse a nada, a dejar por ahí las sobras de lo que ya no necesitás. Un día, todo lo descartado será semejante al tamaño del inmundo y es posible que los “descartadores” empiecen a comer un poco de sus propias sobras.

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